Después de dos años de funcionamiento, el milagro de la
reproducción ha empezado a ocurrir en el criadero de pingüinos de Humboldt ubicado
en la playa La Farola, del distrito de Puerto Eten, en Lambayeque.
Dos
nuevos inquilinos, que parecen vestidos de etiqueta, son la principal atracción
de este centro de investigación, donde la misión es salvar de la extinción a
esta valiosa especie.
Nacieron
hace cinco meses, pero los investigadores no dieron a conocer el hecho, para
evitar que los animales tuvieran contacto con los inesperados bañistas.
Ambos se encuentran en perfecto
estado de salud y cuando crezcan más, en unos meses, serán liberados a un
hábitat natural de la península de Illescas, en el distrito de Sechura, en Piura.
Por el
momento, el personal encargado alimenta con pescado a los jóvenes pingüinos,
pero esto terminará cuando ellos mismos empiecen a pescar. Se trata de un éxito
reproductivo en Lambayeque y en todo el país porque se conoce que es muy difícil
el nacimiento de estos ejemplares en cautiverio.
En el
Perú solo existen cinco lugares debidamente autorizados para la reproducción de
pingüinos de Humboldt.
Estos habitan el Océano
Pacífico a lo largo de la costa oeste de Sudamérica, entre Chile y el Perú, la
que es recorrida por la Corriente de Humboldt. En los últimos años su población
se ha reducido drástica mente como consecuencia de la depredación por parte del
hombre de hábitats naturales y, sobre todo, el impacto del fenómeno de El Niño.
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